La valorización de residuos es un trabajo a final de línea, es decir se realiza cuando el producto ya ha pasado a ser residuo, pero es necesario trabajar previamente en el diseño del producto para mejorar dicha valorización, desarrollando materiales y diseños reciclables, compostables, con sustancias lo más inocuas posibles que faciliten la valorización posterior, sin olvidar concentrarse en la propia optimización del producto y en el concepto de reutilización. Y, por supuesto, se debe seguir trabajando para aumentar los valores relacionados con la valorización de residuos desde el punto de vista social, a nivel de recogida empresarial y en el ámbito de la investigación y desarrollo.
AIMPLAS ofrece a las empresas el apoyo tecnológico necesario para llevar a cabo proyectos de valorización de diferentes tipos de residuos.
Los plásticos son los materiales más empleados en la actualidad para infinidad de productos de diferentes sectores y esta tendencia va en aumento. Tras su uso, los productos plásticos se convierten en residuos que deben ser gestionados de manera adecuada. Según la legislación vigente, las prioridades de gestión son:
En muchas ocasiones se piensa en el residuo como un problema que lleva asociado un gasto de gestión; pero en el caso de los residuos plásticos hay que cambiar esa idea preconcebida y hay que aprovechar la oportunidad de lo que realmente son: un recurso.
Los materiales plásticos son muy variados y por tanto los residuos generados también lo son, sobre todo si se tiene en cuenta que éstos pueden, entre otras cosas, estar degradados, sucios, mezclados entre sí o con otros materiales. Con la finalidad de sacar un máximo provecho del residuo y buscar cuál es la mejor solución en cada caso, se hace necesario realizar un estudio del residuo.
Para llevar a cabo este estudio es imprescindible contar con conocimientos relacionados con materiales plásticos, procesos y residuos, además de contar con el equipamiento adecuado en cada caso. Solamente así es posible hacer una determinación precisa y adaptada a la realidad de la valorización de residuos.
Esta etapa hace referencia al estudio del origen del residuo, analizándose , entre otros aspectos, cuál es el proceso que ha generado el residuo, qué cantidades se producen del mismo o cuál ha sido el tiempo de vida útil del producto.
Este análisis dará las primeras pistas, ayudando a definir cuál debe ser la caracterización posterior del residuo y limitando algunas posibilidades de valorización, tanto desde el punto de vista ambiental, técnico o económico.
En esta etapa se determinarán aspectos propios del residuo como su composición, tanto cualitativa como cuantitativa, el nivel de degradación, las propiedades físico mecánicas o su poder calorífico.
La caracterización de un residuo plástico es siempre un proceso difícil, puesto que entre otros aspectos puede no ser homogéneo o existir una gran variedad de materiales presentes en el mismo.
Si el residuo no es homogéneo el punto clave es la adecuada toma de muestras y un buen mezclado de la misma, para obtener una alícuota representativa de la totalidad del residuo y que los resultados por tanto, sean extrapolables al mismo.
Además de una adecuada toma de muestras, la existencia de una gran cantidad de materiales implica la necesidad de combinar distintas técnicas de análisis para obtener unos resultados fiables.
Con los resultados de las etapas anteriores se debe estudiar y concluir cuál es la opción más adecuada para valorizar el residuo.
Hay que tener en cuenta que existen diferentes procesos de valorización y que se debe estudiar técnicamente, pero también económicamente y ambientalmente, cuál es la opción más adecuada en cada caso.
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Ferrán Martí
Dirección de I+D+I