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Laboratorios

Cierres a prueba de niños

Estos ensayos son cruciales para garantizar la seguridad infantil en productos químicos de uso doméstico.

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Un envase recerrable es un envase que una vez se abre por primera vez se puede cerrar de nuevo, manteniendo el mismo grado de seguridad, y sin perder esta seguridad con los sucesivos usos mientras se consume el producto envasado.

Desde 2016 los envases con un sistema de apertura-cierre que contengan productos químicos (detergentes, productos de limpieza, medicamentos…) destinados a uso doméstico están obligados a realizar ensayos con el objetivo de confirmar que una persona adulta puede abrirlos y acceder al contenido, pero un niño no sea capaz de ello.

En qué consiste el ensayo de cierre

Los laboratorios de AIMPLAS cuentan con la acreditación ENAC para los ensayos y pruebas que verifiquen la conformidad con la norma UNE-EN ISO 8317: Envases a prueba de niños. Requisitos y procedimientos de ensayos para envases recerrables.

El ensayo evalúa la accesibilidad de estos envases, utilizando un amplio panel de personas, tanto niños de entre 42 y 51 meses (máximo 200 niños), como de adultos entre 50-70 años (100 adultos).

Según la norma, dentro de una familia de envases similares se pueden agrupar por características comunes para ensayar los envases más representativos sin tener que ensayar toda la familia de envases reduciendo la cantidad de ensayos y el coste. La evaluación se debe realizar sobre el conjunto recipiente/cierre, no se puede evaluar por ejemplo solamente el tapón.

Los ensayos de esta norma se realizan con un producto sustitutivo inerte para no poner en riesgo la salud del panel de personas que realizan el ensayo y cada panelista dispone de 5 minutos para conseguir abrir el envase.

El ensayo se considera positivo (éxito) cuando al menos el 85% de los niños han sido incapaces de abrir el envase y al menos el 90% de los adultos lo han podido abrir y cerrar de nuevo sin problemas.

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