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Laboratorios

Compatibilidad química

Estos ensayos son esenciales para garantizar la integridad del producto, evitando interacciones no deseadas entre el contenido y el material del envase.

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La integridad de los envases plásticos puede verse afectada por el contacto con sustancias químicas. Cuando se envasa una sustancia, la interacción química entre esta y el envase puede causar que parte de la sustancia envasada se pueda incorporar dentro del polímero del envase, lo que se conoce como fenómeno de sorción.

También puede ocurrir que las tensiones residuales presentes en la estructura del polímero generadas durante el proceso de transformación se liberen modificando de forma permanente las características del envase lo cual puede traducirse en una pérdida de funcionalidad del envase.

Como punto de partida, se pueden utilizar las tablas teóricas de compatibilidad que existen para polímeros y sustancias químicas puras. No obstante, estas tablas no tienen  en cuenta el diseño del envase, su geometría y que en un mismo envase coexisten diferentes sustancias. Por tanto, es necesario llevar a cabo ensayos de compatibilidad entre el envase final y la sustancia química a contener.

Objetivo

El ensayo de compatibilidad, también conocido como stress cracking, evalúa si el producto a contener puede llegar a afectar al envase que lo contiene provocando diferentes defectos en el material, desde la aparición de grietas hasta el colapso total del envase. Este ensayo se realiza especialmente en envases destinados a contener productos químicos, como jabón, detergente o aceites ya que, por su naturaleza, estas sustancias pueden provocar la aparición de defectos “escondidos” en el material tras un tiempo prolongado de exposición.

En que consiste el ensayo de compatibilidad

Este ensayo consiste en exponer el envase con el producto a contener o con un tensioactivo de referencia a una temperatura relativamente alta durante un tiempo determinado con el objetivo de forzar la liberación de tensiones residuales en el material de envasado, producidas durante su fabricación. Es indispensable que la exposición se realice con un envase que no haya sido utilizado. Se realiza una inspección visual tras la exposición de manera diaria y los datos se recogen en porcentaje de fallo, obteniendo un valor objetivo que nos permite poder comparar entre distintos materiales.  Todo ello en base a la norma UNE 53975.

 

Certificaciones