Fabricados con acetato de celulosa y nitrato de celulosa, estos valiosos recuerdos podrían desaparecer debido a la inestabilidad natural de los materiales con los que se fabricaron sus soportes. Para evitarlo, actualmente se conservan en archivos a baja temperatura (dependiendo del caso hasta -180C) con el consiguiente gasto energético.
El proyecto Nemosine, en el que participan 16 socios y que tiene una duración de 48 meses, desarrollará nuevos envases inteligentes que mediante electrónica integrada monitorizarán el estado de los archivos de la degradación y que también podrán actuar en caso de detectar un riesgo para la conservación. Lo harán bien absorbiendo bien emitiendo sustancias que modifiquen la atmósfera que los rodea. De esta manera, incluso se podrán regenerar los archivos que ya estén dañados.
La participación de AIMPLAS en el proyecto se concretará en el desarrollo de nanofibras, composites antifúgicos y en la incorporará los MOFs en espumas a escala de laboratorio. Además, dará soporte a los socios industriales en el desarrollo de envases a escala de planta piloto y actuará como coordinador.
Nemosine ha recibido financiación del programa de la Unión Europea de investigación e innovación H2020 2014-2018 con el acuerdo de financiación número 760801.
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