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Blog
07/01/2016

Control de plagas mediante el uso de plásticos

Los mosquitos, moscas y flebótomos, así como otros insectos, son vectores de multitud de enfermedades, como la malaria, el dengue, la chikungunya, la leishmaniosis, etc. Estas plagas, junto con las enfermedades que conllevan, eran asociadas a poblaciones del tercer mundo ubicadas principalmente en zonas tropicales, pero debido al continuo cambio climático que sufre el planeta, dichas plagas han conseguido proliferar exitosamente en regiones de las zonas templadas donde antes no lo hacían, y constituyen ahora un problema en muchas poblaciones europeas y otras regiones económicamente desarrolladas. Además, existen otros tipos de insectos que atacan al ganado y a los cultivos, como las cochinillas, las trips, la mosca de la carne, entre otros, que además de constituir un riesgo para la salud (tanto de humanos como de animales), ocasionan grandes pérdidas económicas.

Para lidiar con estos problemas, se han desarrollado varias alternativas: la dispersión aérea de insecticidas, el tratamiento de acuíferos y zonas de acumulación de agua con potencial para albergar larvas, el tratamiento superficial de mosquiteras y lonas con sustancias repelentes e insecticidas y el uso de insecticidas directamente en plásticos. En el caso de los plásticos con insecticidas, la principal ventaja es la durabilidad del efecto al ser más resistente a ciclos de lavado. La principal desventaja es que su actuación no es inmediata, a diferencia de los otros tipos de tratamientos anti-plagas, que actúan desde que son empleados.

Los insecticidas incorporados a los plásticos difunden lentamente por el polímero hasta su superficie, en donde actúan contra los insectos que se posan encima. Dependiendo del tipo de insecticida empleado y su compatibilidad con el plástico matriz, la velocidad de difusión será mayor o menor. Así mismo, la temperatura de uso y algunas características del polímero como la cristalinidad, y la temperatura de transición vítrea (Tg), también afectarán dicha velocidad de migración. Para controlar la difusión de los insecticidas, estos pueden ser encapsulados, dificultando su paso entre las cadenas poliméricas y aumentando la duración del efecto insecticida.

La metodología de encapsulación desarrollada, también permite la manipulación de los aditivos como polvos en lugar de líquidos, evitando el uso de bombas y las dificultades de dosificación asociadas.

Plásticos con efecto insecticida: el proyecto Inmaplesp

Desde hace varios años, en AIMPLAS se han llevado a cabo diferentes estudios referentes a la incorporación de insecticidas y repelentes de distintos tipos en plásticos. Actualmente, en AIMPLAS se está llevando a cabo el proyecto Inmaplesp, en conjunto con la empresa Inesfly Corporation y la Universidad de Zaragoza. En este proyecto, financiado por MINECO, se está realizando la incorporación de distintos insecticidas en polímeros espumados para aplicaciones en suelas de zapatos, esterilla de camping, embalajes, suelos, etc. Los insecticidas empleados son previamente encapsulados por Inesfly Corporation (mediante un proceso patentado) y posteriormente incorporados al plástico en una extrusora co-rotativa. Dicha encapsulación controla la velocidad de difusión de los insecticidas dentro del plástico y los protege durante el procesado.

financiación de la innovación