¿Necesitas comprobar la funcionalidad de tu material de envasado o de tu envase?
Los envases tienen múltiples funciones utilitarias. Entre ellas, los objetivos principales de los envases son contener a un producto o alimento, proteger sus cualidades internas, preservar sus características iniciales, proteger al producto durante su distribución o almacenamiento en los hogares, mantener la vida útil de un alimento o preservar la seguridad alimentaria. Cualquier problema en el envase, podría suponer un fallo en su funcionalidad y, por tanto, comprometer el producto o alimento contenido.
En AIMPLAS realizamos diferentes ensayos para medir o comprobar la adecuada funcionalidad de un envase o material de envasado en función de su aplicación concreta.
El ensayo de compatibilidad, también conocido como stress cracking, evalúa si el contenido del envase puede llegar a afectar al envase que lo contiene provocando diferentes defectos en el material. Este ensayo se realiza especialmente en envases destinados a contener productos químicos ya que, por su naturaleza, estas sustancias pueden provocar la aparición de defectos “escondidos” en el material tras un tiempo prolongado de exposición.
Este ensayo consiste en exponer el envase con el producto a contener o con un tensioactivo de referencia a una temperatura relativamente alta durante un tiempo determinado con el objetivo forzar la aparición de tensiones residuales en el material de envasado, producidas durante su fabricación por un mal ajuste de las condiciones de fabricación. Todo ello en base a la norma UNE 53975.
La estanqueidad de determinados envases debe ser garantizada para proteger y conservar al producto que contienen durante toda la cadena de suministro y posterior almacenamiento en el hogar. La detección de fugas en envases alimentarios, médicos, farmacéuticos o cosméticos es crucial para garantizar la integridad de los productos envasados.
Existen numerosos ensayos para garantizar la integridad del sistema de envasado dependiendo del tipo de envase, tamaño de poro a detectar, equipamiento utilizado, etc.
En AIMPLAS disponemos de varios ensayos para detectar la presencia de fugas en envases.
El primero de ellos es un ensayo visual en el que se utiliza una solución penetrante coloreada siguiendo las normas ASTM F3039 o ASTM F1929. Esta se coloca en la zona de la posible fuga (soldadura, tapón…) y tras un tiempo de contacto estandarizado se evalúa la zona buscando canales por donde el tinte haya podido penetrar.
Otro de los ensayos empleados en AIMPLAS para evaluar la presencia de fugas es el de caída de la presión de envases presurizados con y sin placas de restricción basado en la norma ASTM F2095. Este ensayo consiste en medir el caudal de aire necesario para mantener una sobrepresión definida que se define como el 30-50% de la presión de reventamiento (ASTM F2095). Así, a partir de la caída de la presión se puede calcular la tasa de fuga que permite determinar el tamaño de la fuga.
Este último se lleva a cabo junto con el ensayo de resistencia a la ruptura del sello basado en las normas ASTM 2054 y ASTM 1140 mediante los cuales se determina la presión de reventamiento (o bien hasta la presión máxima que es capaz de aplicar el equipo).
El último de los ensayos que llevamos a cabo desde AIMPLAS para detectar la presencia de fugas en envases es el ensayo de emisión de burbujas basado en la norma ASTM D3078. Este ensayo consiste en la aplicación de vacío en un recipiente conteniendo un líquido en el que se sumerge en envase y se busca la presencia de fugas en base a la aparición de burbujas de aire.
En términos de envasado, el espacio de cabeza se refiere al volumen interno de un envase que no está ocupado por el producto. La atmósfera en este espacio se denomina gas de espacio de cabeza. El análisis de espacio de cabeza es la medición de este gas de espacio de cabeza y es una parte clave del proceso de control de calidad para las industrias de alimentación, bebidas y farmacéuticas para productos que han sido envasados en atmósfera modificada.
Este ensayo se realiza insertando una aguja fina en el envase y mediante una bomba se extrae una pequeña muestra de volumen de gas de espacio de cabeza. Este gas extraído entra en contacto con un sensor que mide la concentración de oxígeno residual y dióxido de carbono en la muestra de gas.
Se trata de un ensayo no destructivo por lo que es posible evaluar la composición del espacio de cabeza a diferentes tiempos durante largos periodos a fin de identificar posibles cambios en la composición del espacio de cabeza como resultado de fenómenos de permeabilidad y/o presencia de fugas.
Los materiales de envase pueden “contaminar” el alimento por transferencia de sustancias, que puede ocurrir tanto por contacto directo con el material de envase, como indirectamente a través del espacio de cabeza del envase produciendo así olores y sensaciones olfato-gustativas extrañas en el alimento envasado. El Reglamento 1935/2004, sobre los materiales y objetos destinados a entrar en contacto con alimentos, indica que cualquier material destinado a entrar en contacto directa o indirectamente con alimentos ha de ser lo suficientemente inerte para evitar una alteración de las características organolépticas del alimento envasado.
Para ello en AIMPLAS trabajamos con la norma UNE-ISO 13302 que establece los métodos que permiten verificar que la sensación olfato-gustativa de los alimentos no se modifica significativamente bajo determinadas condiciones de almacenamiento (tiempo, temperatura y forma de contacto) en contacto con el material de envase.
La norma UNE-ISO 13302 contempla dos pruebas complementarias, no excluyentes entre sí:
Desde 2016 es obligatorio pasar el ensayo según UNE-EN ISO 8317, para productos químicos (detergentes, productos de limpieza, medicamentos…) destinados a uso doméstico.
Los envases destinados a este tipo de productos han de contar con un sistema de apertura-cierre especial, de tal manera que una persona adulta pueda acceder al contenido, pero un niño no sea capaz de abrirlo.
El ensayo evalúa la accesibilidad de estos envases, utilizando un amplio panel de personas (50-200), tanto de niños (3-4 años) como de adultos (50-70 años).
Los laboratorios de AIMPLAS cuentan con la acreditación ENAC para los ensayos y pruebas que verifiquen la conformidad con la norma UNE-EN ISO 8317: Envases a prueba de niños. Requisitos y procedimientos de ensayos para envases recerrables.
Otros servicios
¿Hablamos?
Contacta
Raquel Requena
Laboratorio Food Contact & Packaging